sábado, 20 de febrero de 2010

Veinte asientos y ningún color

Desde hace un tiempo empecé a prestar atención a ese “micromundo” en el que se convierte el colectivo, sobre todo en las horas pico.

Y mirando día tras día lo que ocurría -además de algún que otro pungazo o embarazada ignorada a la hora de dar el asiento-, empecé a notar que la realidad de ese micromundo se reflejaba en las caras de los pasajeros.

Había un montón de caras, todas distintas. Nunca dos caras iguales.

Caras tristes, grises, amargadas, molestas, desoladas, angustiadas, preocupadas, cansadas, antipáticas, antisociables, desconfiadas, ignoradas, egoístas, inconcientes, concientes, melancólicas, pensantes, disociadas, abstraídas, arrugadas, pálidas, desconcertadas, detenidas, desdibujadas, mediocres, cobardes, frustadas… Y así podría seguir, describiendo la diversidad de caras que he observado.

Eran todas caras distintas, con un factor común.
Eran todas las distintas caras de una misma seca (si, seca con “s”, aunque la de las monedas sea con “c”).

Distintas caras de una misma seca: una vida seca de colores.

Y veía cuán opacos nos hemos puesto. Y pensaba “¿Por qué? ¿Qué pasaba antes que el micromundo del colectivo tenía colores?”.

Y de repente se cruzan las imágenes del hoy: todos dentro de su propio mundo, en ese mismo micromundo.

Algunos duermen, otros leen (cada vez son menos los que leen), otros van conectados al mp3, otros mandan mensajitos, otros juegan con el celular, algunos twitteamos las novedades de la calle, los privilegiados que no viajan solos quizás hasta conversan entre sí y otros hablan por celular enchufados al manos libres, como si fueran locos hablando en voz alta pero transmitiendo la charla en vivo y en directo para todos los pasajeros, como si ellos fueran los que manejan el colectivo y no pudieran disponer de sus manos para sostener el equipo.

Y así vamos, todos juntos y cada uno en su mundo. Sin mirar al otro, sin notar la presencia de vida más allá de uno. Sin colores.

¿Cuánto hace que no mirás a los ojos al chofer cuando le decís “Unoveinticincoporfavor” (si es que gastas un par de letras más y te animás al “por favor”)?

Nos faltan colores.
Nos faltan los boletos que le daban color al viaje.
Nos falta la emoción de subir y mirar el número del boleto para ver si es capicúa.
Nos falta mirar al chofer cuando le decimos el precio del viaje.
Nos falta despertarnos y dejar de simular que estamos dormidos cuando sube una mujer embarazadísima o un anciano o un discapacitado.
Nos falta jugar a adivinar quién sacó el capicúa que salió dos números antes del boleto que nos tocó a nosotros y mirar al ganador con un gesto de “Vos sí que tenes suerte!”.

Creo que es poco lo que nos falta para recuperar el color.
Creo que simplemente, nos falta volver a ser felices tan sólo con un boleto capicúa.


NatpuntoG

12 comentarios:

  1. Yo miro mucho lo que pasa a mi alrededor en los colectivos, me imagino historias, quién está llegando tarde, a quien lo esperan, a quien no... no se, a lo mejor estamos las dos re locas...

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno el post, es verdad esta realidad nos ha dejado grises.-
    Cariños

    PIPUS

    ResponderEliminar
  3. Yo depende del estado de ánimo, pero en general al revés de la turca, trato de aprovechar para meditar o contemplar a las distintos personas y personajes sin juzgar, sin identificarme, con la mente en blanco y con cierta distancia. De todas formas, debo ser medio fóbico porque trato de viajar lo menos posible en transportes públicos, primero porque me gusta tener poca gente alrededor y segundo porque en general me gusta llegar rápido y no dar vueltas ni parar cada dos cuadras, así que si estoy muy apurado taxi o subte y si no bici (que es ecológica, gratis, divertida y de paso hago algo de gym).
    Pero sí, estoy de acuerdo con vos Nat, pareciera que nos estamos deshumanizando, cada vez un poco más... Me gustó la imagen de los boletos de antes, coloridos y numerados en contraste con esos papelitos blancos totalmente neutros... y la imagen del chofer de espaldas dedicado solo a manejar... Cada vez nos acostumbran más a ser ultra individualistas y en cierta forma autistas...

    Me gusta cómo pensás y cómo escribís. Idealista, romántica, simple, clara... con palabras que entienden todos... entre tantos blogs super intelectuales, rebuscados, con pretensiones de brillantez y genialidad...

    Un abrazo
    Klau

    ResponderEliminar
  4. Turca... tenés razón..!!! Pero shhhh... hablá bajito que la gente nos escucha, mejor que no se den cuenta que estamos locas! Gracias por pasar. No era obligación pero para mí es un gusto. Ahí sigo tu blog, espero pronto leerte!

    ResponderEliminar
  5. Pipus (alias Marcelo Jorge o al revés?) muchas gracias! Hay días en los que me cuesta ordenar las ideas... andan sueltos los conceptos por la cabeza y con ganas de salir.. y salen como pueden. Parece que al menos la intención llegó! Gracias por pasar y comentar! =)

    ResponderEliminar
  6. Clau... menos mal que los blogs no tienen cam, sino me hubieras visto colorada de vergüenza cuando leí tu comentario. ¿Viste no? Desvisto gente pero no pierdo la vergüenza! Muchas pero muchas gracias por las palabras. Es realmente nuevo todo esto para mí pero por lo que comentás creo que estás más curtido en el tema blogs y te agradezco mucho que valores lo que realmente pretendo transmitir: las cosas simples, en palabras simples... (para rebuscada estoy yo! jajajaa). Gracias de nuevo, ahora también te sigo en tu blog (no sabía que tenías uno).
    Abrazo, medalla, beso y gracias!
    Nat.

    ResponderEliminar
  7. Bueno, yo corro con ventaja, llevo años de nudismo... (interno y externo, para mí el nudismo es uno solo) :))

    ¿Qué decirle? Simplemente, muchas gracias por sus cálidas palabras, es una divina usted, eso se nota a mil leguas!
    Y es de verdad un honor comentar en su blog.
    Solo una cosa: no me figura entre las poquitas seguidoras que tengo... tal vez le falló el botón "Seguir", a veces pasa eso en Blogspot y hay que darle un par de veces... Pero sería un mayor honor contarla entre mis seguidoras.

    Le mando un abrazo
    Klau

    ResponderEliminar
  8. algo muy parecido a eso me pasa cuando viajo en tren...
    observo mucho a la gente, sus actitudes, sus caras.. trato de saber que piensan, que son.. donde van...
    un día alguno me va a putear o algo.. o van a pensar que los quiero afanar... jajaja

    es muy interesante lo que se puede ver en esos micromundos (trenes, bondis, subtes...)

    besos!

    ResponderEliminar
  9. Clau, yo te agregué a la lista de los blogs que sigo (y están en mi blog) desde el link de la página, porque no encontré la opción "Seguir" que aparece en general en otros blogs. Me aparecía algo que era para seguirte en FB. No soy muy hábil con esto del blog, como verás...
    Besos!

    ResponderEliminar
  10. Herny, gracias por el comentario! Creo que si, definitivamente es interesante ese trayecto en el cual mientras viajamos, observando un poco los mundos ajenos.
    Gracias por pasarte!
    Besos!

    ResponderEliminar
  11. Está bueno porque vos viajás en transporte público, y a la vez tenés público en tu transporte. Si no aplauden cuando bajás es porque no les gustó la obra. je



    Gon F.

    ResponderEliminar
  12. Gonzaaaa! Me encantó el juego de palabras! ¿Para cuando tu blog? ;)
    Besotes nene!
    Nat.

    ResponderEliminar