Hoy me dí cuenta de que con la emoción de recuperar algo de inspiración y poder expresar la idea que tenía para la presentación de “Si te desvisto…”, más cierta ansiedad por publicar algo antes de arrepentirme del (auto) compromiso de darle continuidad, me olvidé de comentar que además de las historias con poco ropa, voy a usar este espacio para contar otras historias que también viví.
Si, ya sé… Las historias con ropa son las que menos interesan, pero son parte de mi vida y como no quiero enloquecer antes de tiempo (aunque el momento está cada vez más cerca), descarté por completo la idea de abrir dos blogs… (a duras penas puedo con uno y todavía no sé si estoy pudiendo).
En mi vida fui una “fan”. No de “fans club”, pero sí una fan enardecida que se ha expresado sobre su ídolo. He ido a recitales y he tenido la posibilidad de viajar por algunos lugares –no muchos- pero que por alguna razón me han motivado a escribir sobre ellos. También hubo situaciones que me han detonan razonamientos, ni grandiosos ni auténticos, pero de algún modo han cobrado forma de texto y me han sido útiles. Digamos que he vivido situaciones como cualquier ser humano común y corriente (de hecho, soy de esa clase) que por algún motivo me provocaron esa cosa que yo llamo “vómito digital”, que no es ni más ni menos que un momento de affaire con el teclado… una danza en la que bailan las yemas de los dedos con las teclas… es algo que baja de un lugar que en esos momentos siento que es ajeno a mí… Así es como vivo esos momentos.
Cada vez que alguien me ha dicho “Vos tenés que dedicarte a escribir” la respuesta que he dado ha sido la misma: “No podría…”. Si tuviera que escribir porque me dedico a escribir, no podría. Las palabras desaparecen cuando me enfrento a una hoja en blanco decidida a escribir algo. Son ellas las que deciden cuándo tengo que buscar una hoja en blanco para escribir. Son ellas las que quieren salir de las yemas de los dedos. Puedo tener ganas, puedo tener ideas… pero definitivamente, son ellas –las palabras- las que deciden contar las sensaciones, los sentimientos, las historias, los pensamientos, las reflexiones…
Como ahora, que descubro que tan sólo pretendía agregar lo que ayer me olvidé de decir… y sin embargo, las palabras decidieron que diga unas cuantas cosas más…
Por último –y antes de que las palabras sigan arrebatándome el momento de resarcir el olvido- quería contarte que algunas historias de las que vas a leer acá las escribí en otros tiempos y por respeto a lo que sentí en ese momento, las voy a publicar tal cual fueron escritas… (me lo digo más para mí que para vos).
Algún motivo habrá hecho que me desvista a través de ellas.
Me gusten o no, las palabras serán las mismas que fueron.
Bienvenida/o… toma 2..!
NatpuntoG.
lunes, 8 de febrero de 2010
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¡La gente pide tanga! jaj =P. ¡¡Saludos Nati!! Este blog va a estar para alquilar balcones.
ResponderEliminarGon F.
Gonzaaa..!!! jajajaa... sos tremendo chiquitín...!!! Si, si.. ya sé que la gente pide tanga... pero no se puede ir todo el tiempo destangada por la vida, vió? (el "vió" me lo pegó el Sr. que atendí hoy por fono... el del parkinson!!!).
ResponderEliminarEn cuanto a que el blog va a estar para "alquilar balcones".. no lo dudo... El tema es con qué fines: para tener mejor vista o para suicidarse? jajajaja... Ya lo veremos...
Besotes y gracias!