domingo, 19 de julio de 2015

Macri, el día después (12-jul-2011)

Ocho años tenía cuando Alfonsín ganó las elecciones. Recuerdo que el país era una fiesta. La palabra “democracia” estaba en la boca, en la sonrisa y en los ojos de todos, sin distinción de partidos políticos. La gente festejaba con una alegría que hoy creo que ni siquiera podría revivirse ganando un mundial. Yo era chiquita y como tal, no entendía nada (o por lo menos, mucho menos que ahora). Hasta ese momento no conocía la palabra “voto”. Hasta ese momento sólo sabía que cuando en la televisión se interrumpía la programación y se escuchaba “Comunicado número…”, era porque hablaba Videla. Sí sabía que mi papá tenía un libro guardado y que una vez lo ví con ese libro y me dijeron que NUNCA le diga a nadie que papá tenía ese libro porque podíamos tener problemas. Si sabía que un montón de “soldaditos” estaban en la guerra de Malvinas. Y un tiempo después, se hablaba de democracia, de elecciones, de presidentes con nombres de personas “comunes”, sin rangos. Y la gente estaba contenta.